INTELIGENCIA EMOCIONAL II
Lo primero que debemos tener claro es qué es la
inteligencia emocional. Puede decirse que es la capacidad de identificar,
entender y ajustar comportamientos y emociones a las situaciones, reconociendo
las emociones propias y las de los demás, para facilitar las relaciones
con las otras personas, la consecución de metas y objetivos, el
manejo del estrés o la superación de obstáculos. Ser inteligente emocionalmente
no significa que se tienen menos emociones negativas, sino que, cuando
aparecen, se sabe cómo manejaras para el beneficio propio, y no dejar que
éstas sean las que dominen. Todos podemos ser emocionalmente inteligentes, solo
se trata de poner en práctica ciertas pautas y usar adecuadamente las
herramientas que tenemos disponibles es el camino para lograrlo. A continuación
algunas formas para que desarrolles y potencies tu inteligencia emocional:
1. CONÓCETE, IDENTIFICA Y MANEJA TUS EMOCIONES
Quizás al principio no sepas por qué actúas o te sientes
como lo haces. No desesperes, no estás entrenado para hacerlo.
Puedes plantearte preguntas como ¿Por qué actúo
así? ¿Por qué tengo estas creencias? y a medida que vayas centrándote en tus
sentimientos empezarás a encontrar las respuestas.
Cuando has identificado lo que estás sintiendo es
cuando puedes comenzar a controlar tus emociones y que no sean ellas las que te
controlen a ti.
Si eres consciente de que sientes mucha rabia
comprenderás que actuar bajo ese estado de ánimo no va a arrojar ningún resultado
positivo. Seguramente lo mejor es esperar que pase o disminuya el sentimiento
para después tomar decisiones y actuar.
Reconoce tus fortalezas y debilidades, maximiza tus
aspectos positivos y toma conciencia de que sólo tú eres dueño de tu vida, y por
lo tanto también eres responsable de encontrar tu propia felicidad.
2. AMPLIA TU VOCABULARIO EMOCIONAL
Una vez que reconozcas tus emociones no te quedes
sólo con ellas, debes ser lo más específico posible.
Ponle nombre a tus emociones y entenderás cómo te
estás sintiendo y por qué. No digas “estoy triste” si las palabras
que mejor describirían tu estado emocional serían decepcionado, compungido,
melancólico o herido. Sé concreto.
Tener un vocabulario rico con el que
describir exactamente tus sentimientos es muy importante. No dominar el
lenguaje limita el conocimiento de lo que estás experimentando, creando la
sensación de que no sabes lo que te pasa.
3. NO JUZGUES CÓMO TE SIENTES
Las emociones tienen una única función: darte
información sobre lo que está ocurriendo. Si pudieras reprimirlas estarías
a ciegas y no sabrías cómo reaccionar. No castigues tus sentimientos antes de
tener la oportunidad de pensar en ellos.
A través de sentir emociones negativas es como se
previene y se crece si sabemos manejaras. Entiéndelas y obteniendo toda la
información posible de ellas para enfrentarte al reto del que te están
alertando.
- El miedo te
avisa de que no tienes recursos para abordar lo que está sucediendo.
Refleja una desproporción entre la situación y los recursos con los que
cuentas.
- La
ira lo sientes cuando vulneran tus derechos o necesidades. Te empuja
hacia el ataque o la defensa para hacerte respetar.
- La tristeza te
indica la pérdida de algo valioso para ti y te prepara para superar esa
ausencia.
- Te
sientes feliz cuando algo te resulta agradable. Te motiva a
experimentarla de nuevo con conductas que vuelvan a generarla.
Debemos analizarlas las emociones como si fuéramos
un observador externo, con curiosidad, preguntándonos por qué están ahí,
considerándolas no como algo bueno o malo, sino como la fuente de información
que te ayudará a ser más consciente de ti mismo.
4. DESCIFRA Y
ANALIZA TU LENGUAJE CORPORAL
Por ejemplo, sentir un nudo en el estómago -o peso
sobre la parte alta de la espalda- mientras te diriges al trabajo puede
significar que emocionalmente lo consideras como una fuente de estrés.
Si relacionas este tipo de cambios en
el lenguaje corporal con tus emociones serás capaz de detectarlas.
5. COMPRENDE LA
CAUSA DE LAS EMOCIONES
Los sentimientos son el resultado de la emoción y de lo que piensas sobre esa emoción.
Vale la pena que te tomes unos minutos para comprender la causa de tus propias emociones y también de las ajenas, eso ayudaría a entender su modo de actuar y evitar juicios apresurados.
Buscando qué sentimientos puede haber detrás de esa reacción y por qué surge podrás entenderte a ti y a los demás.
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6. EXPRÉSATE
ASERTIVAMENTE
Porque cuando dices lo que sientes de una manera
honesta y justa -regulando la intensidad de las emociones y cómo las expresas-
podrás evitar llegar al conflicto. El respeto es clave en cualquier tipo de
relación.
Define concretamente la emoción que sientes,
expresa tu emoción en primera persona, comunica la conducta que te provoca esa
emoción –sin juzgar- y termina diciendo lo que necesitas. Evita usar
frases que empiecen por “tú” y continúen con un juicio o acusación.
Te sentirás mucho mejor al establecer
relaciones auténticas, sinceras y en las que puedas expresarte libremente.
Además, fortalecerás los vínculos saludables.
Aprovecha y sé agradecido con la vida y con las
personas, esto te ayudará a que te sientas mucho mejor.
Cuando compruebas la cantidad de razones por las
cuales deberías de dar las gracias, verás que eres mucho más afortunado de lo
que pensabas.
7. MANTÉN
LA CALMA CUANDO SIENTAS IRA O ANSIEDAD
Esto te permitirá resolver desacuerdos de manera
sana y constructiva, y refuerza la confianza entre las personas. Cuando no se
percibe al conflicto como una amenaza o castigo, favorece la libertad, la
creatividad y la seguridad en las relaciones.
También es importante reconocer si cuando se tienen
discusiones –que son inevitables en las relaciones porque dos personas no
pueden tener las mismas necesidades, opiniones y expectativas- son por los
mismos motivos de las anteriores, para poder avanzar.
8. CONTEMPLA LA
POSIBILIDAD DE CAMBIAR
No tendrás la certeza de que arregles una
situación si haces lo mismo que la vez anterior porque ya sabes cuál será
el resultado. El cambio supone riesgos, y cuesta salir de la zona de confort,
sin embargo, si no sales de ese círculo no crecerás.
Puedes ser tan inteligente emocionalmente como te
lo propongas, el esfuerzo es la base de los grandes logros.
LA EMPATIA:
Es la capacidad de comprender mejor
cuáles son los estados de ánimo por los que están pasando los demás,
identificándote con el otro en sus emociones. Es necesaria para conocer mejor a
las personas que nos rodean y tomar conciencia de sus realidades, dimensiones
que en ocasiones no se diferencian mucho de las nuestras.
Cuando puedes percibir lo que el otro está
sintiendo o por lo que está pasando, mejoran sensiblemente las oportunidades de
una buena comunicación y las relaciones personales.
10. MOTÍVATE
Las emociones son las disparadoras de la
acción. Si eres capaz de motivarte, tienes en tus manos el poder de la
acción.
Si puedes identificar y manejar tus emociones
adecuadamente, no te quedarás paralizado por las mismas y encontrarás
motivación para actuar, tomar las riendas de tu vida y dirigirla hacia donde
deseas.
¿POR QUÉ ES
IMPORTANTE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La raíz de la palabra emoción remite al movimiento
ya que las emociones son las que nos mueven, nos llevan a entrar en
acción.
Estamos hechos de ellas y la mayor parte de
las personas se esfuerzan por encerrarlas en sistemas de vida ordenados y
represivos.
Para alcanzar el equilibrio en la vida, debemos
aprender a gestionar adecuadamente nuestras emociones sustituyendo reacciones
automáticas por respuestas elegidas.
Conocerse implica entenderse y entenderse es un
primer paso para aceptarse; sólo aceptándonos podemos empezar a amarnos, y
amarnos es una condición para relacionarnos bien
con los demás.
Las emociones son reacciones naturales que nos
permiten entre otras respuestas ponernos en alerta ante determinadas
situaciones que implican peligro, amenaza, frustración. Todas las
emociones que sentimos traen un mensaje, positivo o negativo, y mientras que no
se descubre y se hace algo al respecto esa emoción se repetirá.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL AYUDA
- Triunfar en
todas aquellas áreas de la vida que implican relacionarse con los demás y
favorecer el mantenimiento de relaciones más satisfactorias.
- Mantener
una mejor salud al ser capaces de manejar mejor el estrés y las emociones
negativas como ansiedad, sin dejar que les afecten el exceso o durante
demasiado tiempo.
El estrés no manejado correctamente puede
repercutir negativamente en la salud mental, haciendo que seas más vulnerable a
los trastornos de ansiedad y depresión. Además, la persona que
no maneja bien sus emociones tiene muchos más altibajos emocionales y cambios
de humor que perjudican sus relaciones y su funcionamiento.

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL ES UNA DESTREZA QUE NOS PERMITE CONOCER MEJOR NUESTRO PROPIOS SENTIMIENTOS, INTERPRETAR Y ENFRENTAR LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS, SENTIRSE SATISFECHO Y SER EFICACES EN LA VIDA A LA VEZ QUE CREAMOS HÁBITOS MENTALES QUE FAVOREZCAN NUESTRA PROPIA PRODUCTIVIDAD.
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